martes, 23 de junio de 2009

Bondi Yakuza a Rosario



El trabajo previo

Rifas del Bondi Yakuza a la calle; salir a vender por todos lados y la gente tan copada como siempre (buena oportunidad para agradecer a Tami y al Negro Gonza que vendieron montones!!), prendiéndose en todas para colaborar con un proyecto común, sumado a aquellos familiares y amigos por fuera del mundo yakuzero que dieron una mano también. Mientras tanto, correr de un lado para el otro con la contratación del micro, la concreción de encuentros para recaudar señas de los futuros pasajeros ya que la gente dueña del medio de transporte pedía plata anticipada. Publicidad en los fotologs, facebook, papelitos recordatorios para Hernán Saravia en cada uno de los recitales para que se anuncie el emprendimiento. El tiempo fue pasando, los detalles se ultimaban de a poco, para que todo saliera redondo el día de la bandera; momento en el que Pampa Yakuza visitaría Rosario y nosotros nuevamente, abajo del escenario.

Previa de la Previa

El día señalado era el 20 de junio, no obstante Pampa Yakuza se tomó el atrevimiento de tocar el día anterior en Balón Rojo. ¿Sale Bondi Yakuza para Maschwitz? Seeee. Con la gente de Algo Raro pasa, que teloneaba a Pampa, un puñado de yakuzas arrancamos para zona norte. Sin dejar de ser un presagio el nombre de la banda, algo raro pasó con algunos detalles que no salieron como teníamos previstos, pero de todas formas disfrutamos de una versión bien under (respecto a la cantidad de gente) de Pampa Yakuza. De vuelta, el cielo se tornaba gris. Infinidad de nubes amenazaban la continuidad del buen tiempo para el día siguiente, pero nada iba a detener al Bondi Yakuza que ya hacía rato ya tenía su motor encendido. Algunas gotas en la madrugada, pero el amanecer fue nublado, solo eso.

Previa del viaje

Ansiedad por todos lados; por el viaje, por compartir cosas, por ir a una ciudad 350 kilómetros fuera de Buenos Aires, por ver a Pampa Yakuza. Dos años atrás fueron solamente seis personas desde Baires, ahora íbamos a ser 58! El bondi deluxe (larga distancia) se recostó sobre Carlos Pellegrini y Perón, ya que por las dimensiones no podía salir de la tradicional esquina.
La gente fue llegando de a poco, con pesadas mochilas a cuestas, con camperas, instrumentos, y un montón de cosas para compartir.

El viaje y la (eterna) previa del show

Eran las 14 horas aproximadamente cuando el motor se puso en marcha y por la avenida 9 de julio emprendimos viaje a Rosario. Guitarreadas, partidos de truco, mate, fernet, gancia, vodka, utilería cósmica, entre otras cosas ocurrieron en el trayecto. ¿Qué podemos remarcar? El campeonato de purina, se llevó todos los premios. Galletitas, sanguchitos, trencito Yakuza con cumbia de fondo por los pasillos del bondi doble piso (con el primer nivel desierto –estabamos todos arriba) La utilería cósmica resplandecía en el ambiente y de a poco se extinguía, pero la espera llegó a su fin y rozando las 18 horas ingresábamos por el Boulevard Oroño a Rosario City.
Nos detuvimos en frente de un supermercado Disco, casi en la esquina a dos cuadras del Club Italiano, reducto donde Pampa Yakuza iba a reproducir su música una vez más. Vaya a saber por qué, un pequeño grupo desapareció (entre los que recuerdo a Mane, Ayelén, las robertas, Celeste, Sole y demás), mientras la gran mayoría enfilamos para el Monumento a la bandera, que de más está decir, en el día de la bandera no podíamos dejar de asistir (hubiese estado bueno tomarse unos purina ahí) En el camino, en un bar situado en una de las tantas esquinas rosarinas, por la calle Buenos Aires, nos cruzamos con la banda y el equipo que acompañaba (llámese manager, equipo técnico, integrantes de la productora Si lo sentís hacelo). Pequeña parada para saludar y derecho para el monumento. Foto grupal y sintiendo que eran las diez de la noche –pero eran apenas las 7 y monedas- el estómago pedía a gritos comida.
Enfilamos para el centro; un grupo que se quedó a comer pizza (liderados por Lampa y Rafa) y bueno, lamentablemente y como siempre digo, no puedo de dejar de contar mis experiencias personales y más tratándose de un escrito que no presento en ningún lado más que para los amigos y allegados: quería comer pizza pero la gran mayoría no quería y me fueron empujando hasta llegar a Pico Fino; restaurant-panchería donde la gente comenzó a comer, dejándonos a Peña, a mi gran colega Facu Pereira y a mí esperando por comprar el pancho que iba a satisfacer nuestro apetito; mientras, recuerdo que antes con Facu Zmutt amenazamos al negro Gonza para que no colabore con Mc Dólar, lugar donde Paulita Zani fue acompañada por el Frances y alguno más. Mientras la manada comía pancho con papas y Satán pelaba una bandejita con una milanga y ensalada rusa, seguía indeciso en cuanto al menú. Pero, llegó la mágica solución: tras la sugerencia del panchero optamos por un “Super Boy”, pancho que traía jamón, huevo y queso gratinado: una pinturita. Luego Galvan pidió dinero para comprar provisiones y con Luquitas Panissa, Zmutt, el negro y no recuerdo si estaba el Ancho, fueron a buscar un supermercado. Mientras, en nuesta mesa se debatía una actitud de vida de Satán, que era reducido al mínimo de su expresión por Tami, quien lo humiyó y lo hizo mandar un mensaje de texto; previo a eso, Zmutt lo amenazó si no comía un pancho que había quedado solitario en la mesa, pero debía adherirle lo restante de la ensalada rusa. La Chiru acotaba y Silvana muda toda la cena; Naty y Ana opinaban sobre la moralidad de los hombres, mientras yo le compraba una flor a Tami y a Tefy, bien al estilo de Mr. Zmutt en San Bernardo en el Eterno (¿ahí era no?). Fede Bezenzette y Ariel (cineastas) llegaron a acompañarnos, y pudieron observar el episodio donde Satán cumplió y comió lo que la gente le reclamó.
Galvan llamó a la Colo (rosarina que conocimos la última vez que Pampa había tocado en Niceto) que se dignó a poner la casa para que la familia yakuzera tuviera donde parar y llevar a cabo la “previa oficial”. Una interminable caminata, que incluyó pasar por decenas de bares con gente viendo a Central por la tele, la bandera de Pampa Yakuza flameando por las calles, Galvan preguntándole a un travesti para donde quedaba la calle a la que teníamos que ir, entre otras cosas. Olla (era una olla no?) para preparar fernet, una cerveza negra que sacó el hermano de la Colo, masajes por algunos sectores (grande Anita, genia!!), algunos que fueron para la terraza y el Francés que apostaba plata para jugar al winning (que nunca jugamos), pero que sin perder tiempo se fue a fisurar junto con Vany dance.

El recital (Al fin y al cabo fuimos para eso)

Llegó la hora de partir. Estábamos fusilados; había sido tan intenso que parecían las cinco de la mañana y apenas eran las 23.30. La caminata fue más amena –quizás porque ibamos con la Colo que sabía qué camino tomar-; el Ruso me mandaba un mensaje: “no la limen que en 15 estamos tocando” justo cuando estábamos entrando.
Barra a precios proletarios” pronosticaba el anuncio del Bondi Yakuza, y así fue: 10 manguitos la birra; igual con el alcohol en sangre y demás cosas no se hizo tan esencial aunque muchos le dimos duro y parejo.
El show estaba por arrancar. Por los parlantes sonaba “Un mundo” de Andando Descalzo y ya empezamos a agitar como si fuera Pampa. De repente, los nueve integrantes de la banda hicieron su gran aparición y con un poderosísimo La mañana del mañana le dieron el puntapié inicial. Nuestras gargantas estaban a full, los globos, papeles decoraban el ambiente para la sorpresa de algunos rosarinos que miraban nuestra euforia. Otros tantos cantaban las canciones, pero la fiesta la hicimos nosotros. En Sol de los pobres, en el tradicional círculo, lo veo a Galvan arrodillándose como pidiéndole algo al cielo. De pronto, se dejó caer y tuve que ir a socorrerlo. “Rescatate marinero!” le digo, y lo tomo de la remera, a la altura del cuello y lo tuve que arrastrar como una bolsa de cemento para sacarlo del ojo del huracán. “El que no grita yakuza para que carajo vino!” fue uno de los gritos de guerra que más sonó, enalzado por el Francés, que cuando se quedaba sin cuerda, iba a darle apoyo logístico. Tres minitas, Desde el umbral, Bla bla bla, Dejarse llevar, Brillante sol, De vuelta y demás decoraron el repertorio, pero sin dudas A la raíz garpó el recital sin dudas: ese tema que no tocan siempre, un regalo para todos los yakuzeros de ley. Juntos, Carnaval y el pasillo para el ya mítico “¿Qué te anda pasando oo ooh?!!” Fueron tan solo 14 temas, pero reitero el concepto “intensidad”: pareció un show de dos horas. Quedó para después La semilla, que copó el recinto de banderas bien al estilo piojoso, mientras nosotros éramos pintados por gente de la fiesta (al estilo clandestina, luego hubo payasos –y nosotros que pensamos que nos los habíamos sacado de encima!)
Algunos quebraron, ya están las fotos en la net, más otros que se daban besos y demás, pero a las 5 de la matina el micro llegó al mismo lugar donde nos depositó y no quedó otra alternativa más que volver. Todos arriba del bondi y otra vez de vuelta a la realidad de todos los días. Atrás quedaban todos esos locos momentos vividos y cosas compartidas. Gracias gente, a todos (perdón a los que no nombre…me acuerdo así al pasar a la gente de San Justo, a Alan, a Gilda, Lucila y sus amigas) por hacer de este viaje único. Y también a Pampa Yakuza, por sobre todo, gran motor para que este grupo maravilloso siga construyendo cosas al lado de ustedes.
Gracias!!

Tincho – Bondi Yakuza

2 comentarios:

  1. Muy bueno Tincho! no falto un detalle jeje. Y que sean muchos mas viajes asi!!!

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  2. jajajaj Grande tincho!!
    Escribistre bien mi apellido..sos el mejor!

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