lunes, 27 de julio de 2009

No te caigas!


Como siempre, como cada vez que me siento a escribir, no se qué escribir. O mejor dicho, no se como hacerlo, como llevarlo a la hoja. Tampoco se cuál va a ser la esencia del texto pese a que la idea la tengo rondando en la cabeza. Siempre me pasa.

Siempre me pasa que se torna engorrosa la tarea de plasmarlo. ¿Por qué? Es complicado, sobre todo cuando son cosas personales. Sacarse el traje de uno mismo y mirarse para luego pasar a la descripción es algo realmente complejo.

El pararse frente al espejo, mirarse a los ojos resulta arduo, enredado, tenebroso. La paráfrasis de un pasaje de nuestras vidas, la radiografía personal a la que uno se somete, no siempre arroja resultados favorables. El acto de sincerarse es muy difícil. En ciertas oportunidades, perturba que otra persona venga y nos diga ciertos defectos o hechos que suceden y no vemos; mucho más aun cuando nosotros somos los responsables de no quererlos ver. Y, obviamente, quién mejor que uno mismo para saber cuáles son esos defectos; esas cosas que pasan que nos molestan, nos acorralan, no nos dejan respirar. Por eso, de pie frente al espejo; respiremos hondo y sin acobardarnos…porque la única verdad es la realidad; que no nos haga caer.


Martín Ciraolo

domingo, 26 de julio de 2009

Evita


"Confieso que tengo una ambición, una sola y gran ambición personal: quisiera que el nombre de Evita figurase alguna vez en la historia de mi patria. Y me sentiría debidamente, sobradamente compensada si la nota terminase de esta manera: De aquella mujer sólo sabemos que el pueblo la llamaba, cariñosamente, Evita."


María Eva Duarte de Perón / 7 de mayo de 1919 -26 de julio de 1952


Bonus Track:
"El capitalismo foráneo, el capitalismo foráneo y sus sirvientes oligárquicos y entreguistas han podido comprobar que no hay fuerza capaz de doblegar a un pueblo que tiene conciencia de sus derechos. Una vez más, mis queridos descamisados, uniéndonos al líder y conductor, reafirmamos que en la vida argentina ya no hay lugar para el colonialismo económico, para la injusticia social, ni para los traficantes de nuestra soberanía y nuestro porvenir..."


Ay Evita...si estuvieras viva! Y encima De Narvaez y Macri hacen llamarse a sí mismos peronistas...
En un nuevo aniversario de una de las figuras más importantes de la historia argentina, amada por muchos y odiada por otros tantos, este humilde homenaje.

miércoles, 22 de julio de 2009

Gira "Maaamadera" 09'-Algun Q-lo...(Vacas/Gira Pampa-Andando) XIV

**Capítulo XIV: Esperando el impacto **

Estaba juntando las cosas. Estaba de mal humor, por ende me quería ir solo. Vaya a saber por qué cosas de la vida, a Peña se le ocurrió irse también. Necesitaba soledad, viajar solo y sin volver. La presencia de él me perturbaba; no por que fuese él, sino porque no tenía ganas de hablar con nadie. Estaba en crisis conmigo mismo, no sabía lo que quería; el desconcierto, el shock por lo vivido ese día me trataba mal, me tenía como buceando en un mar hirviendo sin fin. Me toqué la frente para intentar medirme la fiebre y no pude: mi mano helada calculaba sesenta grados y no los treinta y ocho o treinta y nueve que en realidad tenía.

Jula bajó a abrirnos y salimos por la peatonal hasta donde pasaba el Zona Sur. Peña estaba con la carpa y unos cuantos bártulos que me llamaban la atención. El colectivo llegó y durante el viaje me contaba el plan de la noche: iba a ir a la playa, poner la carpa y con la guitarra que cargaba en sus espaldas ponerse a tocar. La idea de desconectarse de todo en un primer momento me pareció “rara”, pero ¿qué es raro? Todo depende de quien lo mire, como para mí no era común ni se me cruzaba por la bocha, si me parecía. Si bien necesitaba aislarme, jamás se me cruzó sumarme a su cruzada, quizás también el quería ir solo. Llegados a San Bernardo, se bajó en Kohutek con todo el mundo que se iba de joda, mientras tristemente yo seguía hasta el bunker de Aguas Verdes.

Me bajé como siempre en la intersección de Fragata Sarmiento y Fragata Piedrabuena, y caminé a oscuras hasta la casa. Casa es una forma de decir: era un desorden total. Pilchas tiradas unas arribas de otras, los platos sin lavar, las camas sin hacer, parecía que habían entrado a robar. Histérico como siempre, junté fuerzas y acomodé un poco; agarré la cámara, miré las fotos de toda la travesía y me fui a dormir.

Para variar fui el primero en levantarse. Estaba bien, repuesto, con energías. Esperaba el mensaje de Macarena para ir a sacar el pasaje para volver a Buenos Aires el 31 antes de irnos a Gesell con los chicos porque Pampa y Andando tocaban allá, pero eso nunca pasó. El Puma y Gonzalo agarron la cámara y empezaron a sacar fotos, no se qué se les dio; quizás mientras esperaban por el almuerzo. Pero jamás me dispuse a cocinar, por lo que almorzamos mal, como siempre: galletitas con paté, dulce de leche o manteca, con mate cocido, te o chocolatada; lo que se rescatara. La buena noticia era que mamá me contestó el mensaje que le había mandado pidiéndole plata y me había depositado ciento cincuenta pesos, con los que podría vivir los últimos dos días que nos quedaban.


En fin, Galvan –obvio, por ser dueño del auto-, el Negro, Peña y yo fuimos para Villa Gesell, tranquilos por la ruta, escuchando un cd de inéditos de La Vela y sin hablar durante kilómetros, vaya a saber uno por qué.

No había lugar para estacionar, ¿qué problema, no?
- Estacionalo ahí – dice el Negro, señalando un lugar vacío que justo en frente tenía grande un cartel con una E atravesada con una franja roja. Poco importó que estuviese reservado para un hotel de la calle 109, así que bajamos del Pampa Móvil y nos dirigimos para el parador Las Almas.

Ya estabamos resignados a escuchar “tapados”. Pero como siempre, Pampa Yakuza sorprende en los momentos que menos esperamos. Así, abrieron el show con Escoba Nueva. No lo podía creer. Tampoco podía creer que a Macarena la había saludado como si nada. No se por qué, si fue una especie de táctica o no, pero decidí no dirigirle la palabra; hacer la mía, estar con los chicos, que era lo que realmente me hacía bien. Volviendo a la materia musical y describiendo grosso modo, el parador era una especie de bar dividido en dos: una parte interna y otra externa; con mesas afuera y la banda tocando al aire libre. Sobre las paredes del lugar cubierto, había afiches presentando el show de la noche; la vez anterior era de un tributo a Joaquín Sabina y esta vuelta era de Dagoberto Hernández. Claro, cuando Hernán Saravia hizo mención de los carteles, nadie entendía nada. Resulta ser que el amigo Dagoberto hizo la percusión para Buena Suerte, del primer disco de Pampa (Carnaval para tu desconsuelo, 2003) por lo que reemplazo a Gus Vitale sumándose para esa canción. Andando Descalzo tampoco se quedó atrás e incluyó Caigo en su repertorio, que tampoco la habían tocado a lo largo de la gira (después me enteré que fue por una apuesta que ambos metieron esos temas en sus respectivos sets)


Pero no puedo olvidarme de un detalle. Generalmente, cuando el show esta llegando a su fin, me acerco a los músicos y esta vuelta la que estaba cara a cara a Hernán era Macarena. No se por qué, pero no me gustó. Si bien estaba suceptible, no supe interpretar la situación; no sabía si lo hizo a propósito ya que le había contado la experiencia (narrada en el Capítulo IV Que ingenuo que sos Tincho…”) que Saravia me desafió a cantar con el frente a frente el final de Juntos sin dejar de saltar. No sabía si quería llamar la atención, si pretendía molestarme con eso, pero de una forma u otra ya me estaba alterado.

De todas formas, no le demostré importancia en el momento. Mientras tomaba un poco de fernet en una botella cortada por la mitad, le mandaba un mensaje a Carolina, amiga del colegio secundario que había visitado también el 20 de enero cuando habíamos estado por esos pagos. Esta vuelta en vez de venir con Luli vino con Anita. Caminamos hasta su departamento, pero pasamos por el milagroso cajero automático que llenaría mi billetera y mis pulmones para poder respirar aliviado y continuar con la gira. La vez pasada las milanesas que había hecho Belén, otra de las chicas, duras como piedras resultaron criticadas por mí, por lo que esta vuelta fuimos a la rotisería de en frente a comprar las provisiones.

Con la panza llena, acompañé a las chicas al Circo, camino por la avenida 3 que también me conduciría a Museo Rock. Las dejé en la plaza que tenía la carpa gigante. Caro me dio un beso y me abrazó fuerte deseándome buena fortuna para las horas siguientes y seguí pateando por la 3. Restaban cinco cuadras y presentí en el pecho que algo raro iba a pasar. Así como la noche del 20 se definieron cosas importantes, el presagio no era el mejor. No sabía si era resignación o lucidez, pero me sentía esperando el impacto

// continuará...


Nota del autor: Cada vez falta menos para llegar al final, por Dios!! La foto de los Pampa es del 20 de enero, porque el 29 se me trabó el flash de la cámara y no salía ninguna foto, ni siquiera las de la tarde.

lunes, 20 de julio de 2009

Día del amigo


¿Qué festejamos el día del amigo? Oh casualidad! El día del amigo tuvo origen en nuestro país (previo un intento en Paraguay años antes) cuando el profesor de Psicología, Músico y Odontólogo Enrique Ernesto Febbraro envió más de mil cartas a distintas partes del mundo debido a que con la llegada del hombre a la luna vio por primera vez al mundo unido por un mismo acontecimiento. Recibió más de 700 respuestas, por lo que se estableció mundialmente día del amigo. Otro logro para presumir, como el colectivo, el dulce de leche, la soda, la birome, entre otras tantas…

Pero no contesté la pregunta anterior. Quizás Febbraro jamás imaginó que se iba a tornar tan comercial. El capitalismo aprovecha cualquier tipo de circunstancia para fomentar el consumo: regalos, mensajes de texto, cartas, tarjetas y montones de cosas para acordarse y hacerle sentir a los amigos que uno esta presente. Pero, y sin meterme demasiado en un debate socio-económico y político, no es más que un día comercial, tal como el día del padre o el día de la madre. Y no es así, no debe ser así. Día del amigo es todo los días y allí lo más interesante: ¿Qué es un amigo? ¿Quién es amigo y quien no? ¿Cómo establecer esa diferencia?

Si buscamos la definición de amistad en el diccionario de la Real Academia Española hallamos: "Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato". Sin dudar, la palabra clave es desinteresado. ¿Por qué? Un amigo es alguien con quien compartimos muchas cosas o quizas pocas pero muy importantes; podemos tener rasgos comunes en la personalidad o no, pero siempre existe un vínculo, algo que se comparte, que es de donde deviene el lazo. Esa estrechez, ese cariño para que sea equilibrado debe ser por partes iguales aunque muchas veces no se de así. No obstante, valores como la sinceridad, cariño y respeto se destacan entre otros en lo que podemos denominar verdadera amistad.

Continuando con la investigación, más fácil para todos, vayamos a la famosa Wikipedia. "La amistad (del latín amicus; amigo, que posiblemente se derivó de amore, amar) es una relación afectiva entre dos o más personas. La amistad es una de las relaciones interpersonales más comunes que la mayoría de los seres humanos tienen en la vida. La amistad se da en distintas etapas de la vida y en diferentes grados de importancia y trascendencia. La amistad nace cuando los sujetos de la amistad se relacionan entre sí y encuentran en sus seres algo en común. Hay amistades que nacen a los pocos minutos de relacionarse y otras que tardan años en hacerlo. Las amistades generalmente duran toda la vida. Los amigos en la mayoría de los casos se ven por muchas décadas. Hay amistades donde interviene una persona y un animal de otra especie, es el caso del perro; a éste último se le conoce como el mejor amigo del hombre".

La explicación tiene dos puntos fundamentales. Démosle la derecha a que es una de las relaciones interpersonales más comunes; de allí viene uno de los grandes problemas de la amistad. Para tratar este asunto, debemos retomar la pregunta anteriormente hecha ¿Quién es amigo y quién no? Mal o bien, tenemos la costumbre de apenas relacionarnos con gente nueva que nos cae bien, llamarlo amigos. ¿Pero qué requisito hay que tener para ser amigo? ¿Hay que conocer a la gente mucho tiempo? ¿No nos podemos hacer amigo de alguien apenas los conocemos? Creo que de allí deviene el concepto de mejor amigo. ¿Por qué clasificar a los amigos? Los amigos son amigos y punto. Quizás, y vuelvo a lo anterior, tenemos muchos conocidos y pocos amigos. Y aquí voy a entrar en contradicción: tengo muchos conocidos que aprecio muchísimo y los siento amigos, pero que si los asocio con mi definición de amigo, de esos que están incondicionalmente, no se acercan. Los incondicionales siempre son los menos, los más cercanos y que generalmente se pueden contar con los dedos de las manos. No obstante, me gusta que esos conocidos se aproximen a amigos; es bastante complejo y por sobre todo contradictorio.

Las amistades generalmente duran toda la vida. Exacto; generalmente duran para toda la vida o por mucho tiempo. Ingenuamente salí del colegio secundario pensando que esos amigos iban a ser para toda la vida y resultó ser que la mayoría ni siquiera eran amigos, lo que indica que no las amistades no son eternas. A lo largo del camino nos vamos a cruzar con un montón de personas, y como seres sociales que somos, tendemos a intercambiar experiencias, a vivir cosas en común con otras. Cada persona debe tener sus propios ejemplos, que me parecen de más ponerlos aquí, en un texto que comenzó como una idea y termina como cuasi-ensayo. Lo que sí estoy en condiciones de afirmar, es que es el sentimiento más lindo de todos; el que más satisfacciones da a lo largo de la vida. Satisfacciones, sí; porque son a los amigos a los que vamos a buscar para compartir las cosas que nos pasan, porque son ellos los primeros en poner el hombro cuando estamos mal, y los que buscamos para pasar buenos momentos. Los amigos son como hermanos, por eso debemos cuidarlos. Y falta algo muy importante: la amistad tiene un factor esencial, tan beneficioso como peligroso por otra parte. El factor de la elección. Cada uno es libre de elegir a sus amigos, no como así la familia. Entonces, la complejidad de saber a qué persona acercarse o qué persona dejar que se aproxime a nosotros. Y sin obviarlo, tengo que volver a hablar de clasificaciones, porque aunque haya amigos interesados que se acerquen por los beneficios que le podamos dar no deberían entrar en clasificación porque según la definición del diccionario de la RAE no sería amigo, ya que faltaría al concepto de desinterés. Seamos cautelosos, pensemos, observemos, pero permítamosnos tener tantos amigos como podamos, porque el no estar solos, el saber que podemos contar con alguien es una de las sensaciones más lindas que pueden haber. Por eso: tengamos amigos, muchos. Conozcamos a los conocidos, trasnformémoslos en amigos. Dejemos que la gente se acerque, compartamos momentos, cosas, vivencias, todo lo que se pueda. No nos agrupemos en sectas, no nos cerremos.

No obstante, el día del amigo no deja de ser una excusa. Una excusa para juntarse, para recordar momentos, para planear lo que se viene. Y no solo para saludar a esos amigos por definición, sino a todos con los que compartimos algo, algun momento especial o no, simplemente algo en común.
Saludo a todos mis amigos, conocidos, a todos aquellos con los que viví algún hecho que haya marcado un espacio, un momento en el tiempo que perdurará en nuestras memorias.
¡Muy feliz día para todos!

Nota del autor: en el collage de fotos, obviamente que falta gente, sepan disculparme!!

lunes, 13 de julio de 2009

Gira "Maaamadera" 09'-Algun Q-lo...(Vacas/Gira Pampa-Andando) XIII

Es una deuda. Una deuda además con ustedes, mis queridos lectores, una deuda conmigo mismo. Una deuda que tengo en esta materia de la escritura. Generalmente tengo la costumbre de escribir y dilatar las cosas. Quizas, una de las causas sea que no me gustan los finales, no me gusta que se terminen las cosas, por eso dejo libros faltando dos capítulos, dejo largos escritos (como éste) sin concluir. Pero bueno, en algún momento la racha se tiene que cortar y esta oportunidad es una excepción a la regla, los que conocen la historia saben por qué y los que no leerán ahora y se darán cuenta el por qué de haber tenido que aguardar un tiempo “prudencial” para terminar de relatar los hechos.
Abro el paraguas y anuncio: me robaron el celular donde tenía mensajes clave, hay detalles que se me pueden llegar a pasar, por eso ustedes podrán contribuir a enriquecer la historia agregando cosas que recuerden- Y si… ya pasaron seis meses. A su salud,




**Capítulo XIII: Mundos Matungos **

A las zapatillas topper de lona de color blanco, poco le quedaban de ese tinte. Las batallas encima de casi dos semanas de vacaciones, la cantidad de arena y playas recorridas, más que esa noche no había dormido, hacían que mis pies se movieran más lentamente. Era lógico que tras tanto trajín el cuerpo vaya debilitándose un tanto, pero en ese momento necesitaba resucitar. Resurgir como el ave fénix. No solo porque tuve que rescatar a mi querido compañero Puma Galvan que venía de una noche ajetreada minutos atrás, sino porque llegaba Macarena a San Bernardo. Debía fortalecerme, pensar cómo actuar, cómo sobrellevar la situación, cómo no dejarme comer por toda la situación que me (o nos) rodeaba.

Las 6.50 marcaba mi teléfono celular cuando pisaba la arena de Kohoutek y veía a lo lejos al Negro Gonza, a Michelle y a Érica. Estaba enojado, estaba apurado, no llegaba. Le encomendé el paquete al Negro justo cuando Facu apareció por atrás riéndose, entendiendo (poco) la situación. El grupo tomó rumbo para el edificio de la calle Chiozza donde paraba la banda de Padua. Galvan fue depositado en la terraza, donde pudo recuperar energías a la luz del amanecer. Lampa, Rafa y demás se habían tomado el viejo y querido Zona Sur hacía rato, yaciendo sus cuerpos en el bunker de Aguas Verdes.

Mientras tanto, caminaba por la avenida San Bernardo. Caras largas y felices, arruinadas y rescatadas; una gran ensalada de gente podía observar cuando todo el mundo salía de bailar. Esquivaba a las personas con pasos largos y presurosos; tenía que caminar 9 cuadras. Pasé por el Eterno, pasé por Zum, por donde los pibes paraban a bajonear shawarma, o simples panchos. El camino se hacía interminable y el reloj marcaba las 7.08 cuando por fin arribé a la terminal de micros.

Sabía que estaba llegando tarde, y que no me gusta hacerlo. Estaba nervioso, aunque Facu me había advertido cuando alquilé su oreja aquella noche arriba del colectivo yendo para SanBer, mi corazón no deseaba lo mismo. Por suerte ese individuo siempre tiene la frialdad para decirme las cosas que no quiero oir en los momentos oportunos. Que no, que no me haga esperanzas, que se había terminado, pese a que comprendía mi situación. No obstante, más allá de que mis expectativas desde que la relación había puesto punto final oficialmente era recuperarla, sus comentarios me hicieron ir con una mirada distinta a que si no hubiese hablado con nadie.

Un despiole de gente, bolsos unos arriba de otros, como en hora pico; de pronto, reconozco un bolso verde chillón y una cara de poco dormir. Un beso y un abrazo, y ver qué nos depararía el aire de mar. Salimos caminando de ahí y fuimos a desayunar; estaba casi sin plata, lo justo para sobrevivir ese día. Charlamos, mucho. Acostumbrado a narrar historias, resumidamente y omitiendo ciertos detalles le conté lo que hasta ese momento habíamos vivido: los shows de Pampa, las playas a las que fuimos, las comidas que comimos, los kilómetros recorridos, el aguante del Ruso en Santa Teresita debido a una situación con ella que cargué hasta la costa (no me pidan detalles, igual algunos saben) y otras tantas cosas.

Dejamos el bar para ir a la playa, mi cuerpo pedía un descanso. Me sentía mal. El poco dormir y el corazón, que se preguntaba cómo tenerla tan cerca y no poder hacer nada, como también la pregunta interna ¿por qué estoy aca?, si bien podía estar perfectamente descansando en la casa de Aguas Verdes. Pero si estaba ahí era por algo; un motor había y era ella.

En la mochila ya había guardado el jean que me había cambiado en el baño del bar, las zapas que había cambiado por ojotas y una toalla. Macarena se puso a hacer malabares sobre la arena y yo recostado sobre la arena con la toalla como lona/almohada veía como de a poco mis ojos se cerraban; me empecé a sentir peor, me enojé por la poca atención que me prestaba por eso decidí intentar descansar algo pese a que luchaba por permanecer despierto. Cuando el sol comenzó a pegar en el rostro no me quedó otra que sentarme sobre la toalla, llena de arena ya y que debía usar a la tarde. Seguimos hablando, de temas más delicados. Recuerdo que detrás de ella había una vieja, que iba cambiando la cara de acuerdo a la tono de la conversación, a partir de cuanto más seria era, más paraba la oreja.

Había algo que la tenía mal y no me quería decir qué era; no podía, no encontraba las herramientas para que largara eso que yo quería escuchar y el reloj iba corriendo sus agujas. Ya era más de la una y Pampa Yakuza y Andando Descalzo tocaban en Mar de Ajó, por primera vez. Para variar, poco crédito pero necesitaba averiguar de alguna forma donde tocaban.
Playón de Mar de Ajó me contesto Ricardo Jahni, con la salvedad que nunca había ido a esa localidad y era lo mismo que nada. Anahí, Vanina, el Francés (que había abandonado definitivamente Aguas Verdes), Agostina y demás paraban ahí, así que mi salvanción era Anita. Con las coordenadas geográficas definidas, nos tomamos el Zona Sur (que si, iba hasta el fin del mundo) hasta allá.

Muchas sorpresas, caras que me miraban como diciendo: ¿Qué estas haciendo? No sólo el Ruso, me acuerdo el rostro del Gallego que no entendía la secuencia después de obviamente haberme escuchado hablar. Yo también estaba sorprendido, desconcertado, sabiendo de un modo u otro que no sabía si estaba en lo correcto o no. Sin embargo, ver caras familiares me relajaron, me depositaron nuevamente en el Mundo Pampa.

Ya los instrumentos estaban acomodados en su lugar, la prueba de sonido ya se había llevado a cabo. Fede y Ariel listos con sus cámaras, dispuestos a documentar lo que ocurriera y nosotros abajo del escenario. Minutos antes, solo dos soldados de Aguas Verdes se reportaron: Galvan -con una cara que jamás me voy a olvidar en la vida- y el negrito Gonzalo. El show estaba por comenzar y en su puntapié inicial reconocí los acordes de la primera canción. Si, no lo podía creer. Era Mundos Matungos. Hernán me miró, se rió y se acercó a saludarme antes de empezar a cantarla, ante tanta insistencia mía por escuchar ese tema que solo lo habían tocado en San Bernardo el día que me había quedado en Mar del Plata para ver a La Vela Puerca[1].

El concierto terminó y yo feliz, como si no hubiese pasado nada. Mates y galletitas, sin alcohol esa tarde en el after playero que estuvo muy tranqui. Los pibes de caballito con Moncho a la cabeza jugaban un fulbito con los Pampa, ese que tanto reclamábamos desde hacía tiempo. Finalizado el match, Ale del Sindicato de Volanteros y concubino de Aguas Verdes me llamó para desafiar a los cineastas. Dos contra dos y aún jugando más exquisitamente nosotros, fuimos derrotados por tres tantos contra dos. Había que tomar algo para bajar el calor; el mar no era la solución porque el sol ya estaba bajando y el viento costero ya empezaba a hacerse notar.

Mientras iba a un almacen (bien al estilo Ramo General) a comprar una coca, por el otro lado Macarena charlaba muy compinchemente con Ariel, el mismo con el que había jugado a la pelota minutos atrás. Con ese panorama aproveché para ir con los míos pero sin dejar de mirar de reojo lo que sucedía a los pies del escenario donde había tocado Pampa y Andando. El sol bajaba cada vez más, los minutos corrían y cada vez me gustaba menos esa conversación. Macarena tenía unos aros con el simbolito de la paz y Ariel le sacaba fotos con el celular. Nada, no me gustaba nada. No por él, qué iba a saber que ella era mi ex novia y yo con pretensiones de recuperarla.

Ella tenía que ir a tomar el micro para ir a Villa Gesell, a la casa de Gabita y yo que me debatía entre acompañarla a la terminal o no. No sabía qué hacer. Los pibes arreglaron ir a comer a la casa de Lauchis (donde paraba Soledad, Luciana, Jula, Nue y no recuerdo quién más en ese momento – Mane no estaba más ahí y Limón ya se había ido). Lo que sí recuerdo es que Lauchis me vio mal. Mi disyuntiva finalizó luego de una discusión con Macarena en la que ella se enojó, diciendome algo así como que iba sola después de haberme colgado como una hora hablando con Ariel. De esa manera, Lauchis me había ofrecido quedarme directamente en Mar de Ajó, es decir ir a la terminal e ir a parar a la casa de ellas sin volver a Aguas Verdes.
La mochila con el loguito de UnicoySentido no daba abasto. Estaba muy llena, pero por suerte contaba con la ropa de la noche anterior que iba a poder reciclar. Lo que no tenía solución era la falta de abrigo. "Ay, maldita suerte", pensé: solo tenía una campera muy finita que me la puse antes de irnos de la playa. De esa forma fuimos hasta Avenida del Libertador a tomar algún bondi que nos dejara en la terminal de ómnibus.

En la parada, ella no se sentía bien (de más esta aclarar por qué) y me abrazó o yo la abracé. Pero fue un abrazo como tiempo atrás y eso me desconcertó, tanto como la pregunta: “¿Por qué tenías cara de orto cuando estaba charlando con Ariel?”. Si la pregunta es la que todos imaginan, la respuesta es no. No aproveché la situación, me gusta jugar con ventaja, no tengo buenas experiencias en casos así, por lo que me limité a “contenerla”. El tiempo pasaba y yo estaba con la malla mojada, en ojotas y con las patas heladas, solo con esa campera miserable haciendo frente a la noche que iba comiendo a la tarde de Mar de Ajó.

- Tomemos un taxi, ya fue – pero, el taxi no salía lo mismo que en Mar del Plata: en Mar de Ajó tienen la bajada de bandera casi como en Buenos Aires.
Mi billetera no tenía más dinero. Un viaje que había calculado siete pesos se fue a doce. La terminal quedaba en las afueras, pero bien en las afueras. Si quería tomarme un taxi para volver no me alcanzaba teniendo en cuenta que tenía que poner plata paras las pizzas y el escabio en lo de Lauchis.

Tuve que pedirle la mitad de la plata cuando nos detuvimos. No solo el frío, el dolor de garganta ya me había ganado la pulseada. Estaba mal, con mala cara y encima las dos primeras ventanillas en las que preguntamos no tenían pasajes para Villa Gesell. Ya me estaba poniendo más nervioso de lo que ya estaba. Por fin consiguió y como tenía ganas de fumar, me pidió por favor que salgamos a la plataforma donde llegan los micros. Mis pies estaban helados, pero la jugada era clara, estaba para probarla de lejos: el ataque vino por el lado Pampa Yakuza. Los chicos cerraban la gira el 30 en San Bernardo y como el Francés ya no estaba en Aguas Verdes mi regreso era en bus.

- Avisame que vas a hacer, mandame un mensaje mañana así te saco el pasaje y te volves conmigo.- le dije, casi ingenuamente. La hora señalada llegó y se subió al micro diciendo nada más “chau”.

Salí a la puerta en busca de la parada del Zona Sur, pero con intención de tomar un taxi. Solo la intención porque efectivo no había en mi billetera. Saqué el arrugado atado que tenía en el bolsillo y cayó un billete. Justo era uno de dos pesos, el mismo que entregaría en mano al chofer del colectivo que a los veinte minutos me iba a dejar en Mar de Ajó. Parecía como que el destino estaba en contra mío. Ya no entendía nada, volaba en fiebre y más que el destino fui yo el pelotudo que se bajó tres paradas antes.

Arranqué pateando y silbando bajito casi diez cuadras hasta encontrar el edificio donde estaba la guarida Bernalezca. Me recibieron muy bien. Mi cara lo decía todo, necesitaba un baño caliente urgente. Ale me prestó un calzoncillo[2] y reciclé la ropa usada la noche anterior que se podía usar perfectamente. Luciana me hizo un te bien caliente, que para mí estaba helado dado a mi temperatura corporal.

La gente llegó desde Aguas Verdes. Mucho fernet proveniente desde nuestros pagos y vodka para los toc-toc locales. Yo no tomé ni una gota de nada. Comí dos miserables porciones de pizza. Traté de poner mi mente en ese lugar, pero era difícil. La Roca, para variar, iba a ser el plan de esa noche. Mientras me asomaba a la ventana para observar un escenario ambulante en el que recién terminaba de tocar Villanos (a propósito, egresados de mi colegio secundario), Lampa huía por las alcantarillas para no poner los diez pesitos para contribuir a los gastado. Mi cuerpo no daba más y todos pensaban en salir. No me quedó otra alternativa que por primera vez abandonar al grupo en todas las vacaciones. Tomé la mochila, y despacito me fui caminando a tomar el viejo y querido colectivo Zona Sur…



// Continuará...

Material Audiovisual:

Mundos Matungos - Pampa Yakuza en Mar de Ajó (Miércoles 28 de enero de 2009)
http://www.youtube.com/watch?v=3W-9pe2phBk

Notas al pie:


[1] 23 de enero, posible Día Nacional del Purina
[2] Hoy 13 de julio de 2009, el calzoncillo esta limpito y guardado en mi cajón.

viernes, 10 de julio de 2009

No me gusta…


No me gusta comer verduras. No me gusta el frío, sobre todo cuando es muy intenso. No me gusta estar solo, necesito compañía. No me gusta pelearme con mis amigos ni con mi familia. No me gusta que me fallen mis amigos. Tampoco enterarme que esos que yo consideraba amigos realmente no lo sean.

No me gusta la falta de respeto, mucho menos los malos modales. No me gustan los insultos (depende la situación, a veces una buena puteada sirve de catarsis o por lo menos para reclamar lo injusto). No me gusta la traición. No me gusta que la gente se acerque por interés. No me gusta que te dejen de hablar, que te dejen de llamar porque no tenés más entradas gratis a tal lado o no hay más plata para invitarte una cerveza. No me gusta depender de los demás.

No me gusta el desorden. No me gusta que en el club los nenes no me hagan caso. No me gusta que no salgan jugando por el piso, me enferma que la pateen para adelante, que la revoleen y que no se arriesguen a jugar. No me gusta ver a algunos padres pensar que se van a salvar con sus hijos. No me gusta gritarles a los chicos.
No me gusta la derecha, el conservadurismo, el neoliberalismo. No me gustan Macri, De Narváez, Menem, Cavallo, Martinez de Hoz, la Sociedad Rural y las familias tradicionales. No me gustan las dictaduras, los golpes de estado. No me gustan los indefinidos. No me gustan los que critican y no hacen nada. No me gusta Elisa Carrió. No me gusta la manipulación de los hechos por parte de los medios. No me gusta Tinelli, Rial, Chiche Gelblung o todos los que contribuyan a idiotizar a la gente. No me gusta el grupo Clarín: el diario, canal 13, TyC Sports, TN. No me gusta América, La Nación, Ámbito Financiero, Radio 10 (Baby Echecopar, Rolando Hanglin, El negro oro)
No me gusta ver la miseria que hay en determinadas partes del mundo. No me gusta dejar comida en el plato cuando hay gente que no tiene que comer. Odio despilfarrar la plata. No me gusta que todo se maneje por plata. No me gustó que mi equipo descienda de categoría dos años seguidos. Me pareció denigrante que haya sido por plata, que por eso hayan jugado a menos. No me gustó que mi archi-rival Velez haya salido campeón y encima con fallos polémicos por sobre Huracán que jugaba al futbol que le gusta a la gente.
No me gusta ir a bailar. No me gusta la cumbia para escuchar en casa, pero si las pido en los recitales de Pampa Yakuza. No me gusta que Pampa no toque Idilio eterno, El vago, Si me quieres… No me gusta que mis amigos salgan y no me avisen. No me gusta no poder ir, y que encima siempre sean las mejores fiestas.
No me gusta la moda. No me gusta ver a los pibitos floggers, odio que se dejen manipular y llevar por lo que impone el modelo capitalista, la sociedad consumista, la tele, internet o lo que sea. No me gusta que se viva de apariencias, no me gustan las mentiras, no me gustan…


Martín Ciraolo


Nota del autor: Son algunas cosas... hay muchas más. Por ejemplo, como quedó este escrito..pero shhh! no le digan a nadie. La foto fue sacada en Mar del Plata en enero de 2008 en una pequeña excursión a esa ciudad, que más adelante contaré como otra de mis "grandes historias"

domingo, 5 de julio de 2009

Practicidad vs. Buen fútbol

Foto: www.ole.clarin.com.ar

14.52 marcaba el reloj de la pc y digo: "no puedo perderme el partido" Salimos con mi viejo y fuimos a un bar que esta aca a un par de cuadras de casa. Completamente lleno, vi dos caras conocidas y me invitaron a sentarme.

A priori, sin haber visto la repetición ni nada me animo a hacer un análisis a gran escala del partido. El primer tiempo mostró a Huracán sereno, tranquilo, a los toques como durante todo el campeonato sabiendo que Velez debía hacer el desgaste. Le costó acomodarse al local, todo hasta el penal (a mi juicio, bien cobrado) de Araujo a Martínez (creo). López mostró cara de terror desde que se acercó y por eso lo erró: muy anunciado. No obstante allí comenzó otro match, en el que Velez comenzó, gradualmente, a imponerse sobre Huracán. El primer tiempo se fue así, con Velez un poquito mejor, luego de haber estado media hora parado el partido por la caída de granizo y con un gol mal anulado a Eduardo Dominguez que pudo haber cambiado la historia. Ese es otro gran capítulo: con un gol a favor, ¿podría haber marcado su supremacía futbolística el equipo de Parque Patricios? Con mis compañeros de mesa pronósticabamos tres goles de diferencia si ese gol hubiese sido convalidado.

En el segundo tiempo, Huracán se metió demasiado atrás, Nieto deambuló por la cancha y el ingreso de Gonzalez fue tardío. En una jugada polémica, donde yo vi foul al arquero Monzón y Brazenas no, de rebote Maxi Moralez faltando cinco minutos hizo el gol de la victoria. Luego, se desvirtuó todo... líos de agentes exógenos al partido, y terminaron festejando los muchachos de Liniers.

Una pena. Una pena porque perdió el equipo que jugaba al fútbol. El equipo construido por Cappa, a quien hay que darle mucho mérito, porque tipos como Arano, Dominguez, Goltz, Toranzo, Bolatti (lo vi jugar para Belgrano) que no son gran cosa con el balón, hacerles entender que la clave esta en el suelo, en tocar, en poner la pelota al piso y jugar; crear, divertirse y sobre todo pensar, detenerse un segundo, hacer una pausa, buscar al compañero mejor ubicado, honrando al nombre de este blog. Una pena que no pueda triunfar la exquisites, el buen gusto, la armonía de un sistema, el verdadero futbol que le gusta a la gente. Una pena, escuchar "borombobom borombombom, el tiki tiki no les sirvió". Triste.

Perdió Huracán, por meterse atrás, por ir en contra de su propia ideología. Pero sepan mis amigos quemeros, que no siempre ganan los mejores, que muy pocas veces el futbol es justo, pero que siempre da revancha. Otra vez será, pero todo hincha de fútbol sabe que Huracan a lo largo del torneo fue más que Velez.

Por otra parte, los de Liniers jugaron como una verdadera final. "Equipo práctico" como dijimos con mi viejo. No luce, solo hace su trabajo. Había que ganar, y ganó. Peso la inexperiencia de los pibes del globo sobre tipos un poco más pillos. Y como buen hincha de fútbol, saludo a mis amigos velezanos, cosa que no quita que haya hecho fuerza por el globo.

Martín Ciraolo


pd. No obstante, en materia de fútbol somos todos jugadores, directores técnicos, analistas profesionales, siempre tenemos razón.