lunes, 27 de julio de 2009

No te caigas!


Como siempre, como cada vez que me siento a escribir, no se qué escribir. O mejor dicho, no se como hacerlo, como llevarlo a la hoja. Tampoco se cuál va a ser la esencia del texto pese a que la idea la tengo rondando en la cabeza. Siempre me pasa.

Siempre me pasa que se torna engorrosa la tarea de plasmarlo. ¿Por qué? Es complicado, sobre todo cuando son cosas personales. Sacarse el traje de uno mismo y mirarse para luego pasar a la descripción es algo realmente complejo.

El pararse frente al espejo, mirarse a los ojos resulta arduo, enredado, tenebroso. La paráfrasis de un pasaje de nuestras vidas, la radiografía personal a la que uno se somete, no siempre arroja resultados favorables. El acto de sincerarse es muy difícil. En ciertas oportunidades, perturba que otra persona venga y nos diga ciertos defectos o hechos que suceden y no vemos; mucho más aun cuando nosotros somos los responsables de no quererlos ver. Y, obviamente, quién mejor que uno mismo para saber cuáles son esos defectos; esas cosas que pasan que nos molestan, nos acorralan, no nos dejan respirar. Por eso, de pie frente al espejo; respiremos hondo y sin acobardarnos…porque la única verdad es la realidad; que no nos haga caer.


Martín Ciraolo

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