domingo, 8 de noviembre de 2015

El plato de polenta

El plato de polenta
* de esas cosas que se viralizan por las redes sociales




Almorzás todos los días en el mismo bar. Es un bar raro, que tiene un solo plato: polenta hervida. Todos los días. Sola, así, sin manteca, salsa, queso, nada. Polenta. Hervida. La comés durante varios años, con resignación.

Cuando cambiaron el plato anterior por polenta hervida, muchos se fueron a almorzar a otro bar. Otros se quedaron. Algunos porque en ese bar seguían almorzando sus amigos. Otros se hubieran querido ir a otro bar, pero no les alcanzaba la plata.

Un día, echan al cocinero, traen otro, y cambian el plato del día a empanadas de carne. 
Al principio las comés con desconfianza. Después de un tiempo, ves que no están tan mal. Algunas son mejores, otras más feas, a algunas claramente les falta un poco de cocción. A veces te gustaría que al menos salga una tanda para los que nos gustan de jamón y queso. Pero en general, más o menos son ricas. Y, ey, son empanadas. De hecho, muchos de los que se habían ido al otro bar volvieron cuando supieron de las empanadas.

En el bar pasan cosas muy graciosas. Hay fanáticos —mal— de las empanadas. Hay otros que las odian. Cuando se cruzan, se arman discusiones grosas sobre cualquier tema: si son mejores las tucumanas o las salteñas, si la masa tiene que ser de hojaldre o criolla, si son mejores en forma de semicírculo o en forma de canastita.

Hay otro grupito que las empanadas les parecen bien, pero están indignados con la forma del repulgue. Pero indignados, indignados. In-dig-na-dos.

Y así, como quien no quiere la cosa, morfás empanadas de carne por 12 años. En el último tiempo, los mismos que estaban indignados por la forma del repulgue, ahora también están que explotan porque día por medio la cocinera sale un toque de la cocina y te cuenta cómo hace las empanadas. "Ahora les estamos poniendo huevo durooo" dice, en medio del salón, un poco a los gritos. Y se vuelve a meter en la cocina.
Los del bar ya avisaron que no le van a renovar el contrato. Y ahora, los que almorzamos en el bar, tenemos que elegir entre dos cocineros nuevos.

Uno lo propuso la cocinera saliente. Es un tipo que va a seguir con las empanadas de carne, pero sabés que le va a terminar poniendo pasas de uva al relleno, y azúcar arriba.
El otro, quiere cambiar las empanadas por "fried stuffed pastry". Unas empanadas más cool, que vienen presentadas en un plato de colores, y que se ven bien horneaditas y brillosas.
Pero que cuando las mordés, están rellenas de polenta. Hervida.

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