Arrancamos el año de una forma muy vertiginosa. Quizás muchos analista creían que el Presidente de la Nación, Mauricio Macri, no iba a tomar las medidas que tomó con la celeridad que lo hizo. No obstante, de sus casi 20 días de gestión, ya podemos entrever cuáles son los intereses que va a defender.
Por lo general, cuando uno ingresa a un trabajo nuevo a fin de año, el principal grito al cielo es "qué cagada, no voy a tener vacaciones". Bueno, acá contra toda regla tanto del ámbito privado como del público, el primer mandatario se toma vacaciones. Pero no vamos a analizar eso. Porque no importa si una decisión se toma desde Villa Carlos Paz, Buenos Aires, La Quiaca o Choele Choel. Lo importante es tomarla.
Aquí hay dos cuestiones sobre las cuales nos podemos detener: una es la transferencia de recursos de un sector a otro y el segundo factor es el sostenimiento del empleo.
Liberar del pago de impuestos al sector agrícola beneficia claramente a ese sector. ¿A quién le gusta pagar impuestos? Creo que a nadie. Pasa que algunos con conciencia de clase se dan cuenta que es a través del pago de impuestos que se financia un estado, y no chistan -sin entrar en la discusión sobre cuál es el rol que estado tomará en pos del bienestar popular-. Arribando a este razonamiento tan básico, la pregunta subsiguiente será "de dónde sacamos la guita que nos va a faltar si dejamos de tener la entrada de las retenciones del campo". Dos posibles respuestas: de ningún lado, y achicamos el estado; o bien, trasladamos esa guita a otro sector de la sociedad para no tener tanto déficit a la hora de recaudar.
Ambas posibilidades perjudican al laburante. El Ministro de Energía ya anunció subas en las tarifas de los servicios, por ende allí veremos ese impacto. Quizás sea necesario llegar a ese punto para que nos demos cuenta: el bolsillo. El sueldo va a empezar a rendir menos a partir de que los costos de vida empiecen a aumentar y nuestro salario quede igual.
Con la liberación del cepo al dólar y la devaluación del 40% de la moneda, nuestro salario real ya cayó de manera abrupta. Psicológicamente ese impacto no fue tan brusco producto que el aumento de precios de los alimentos y bienes de primera necesidad se dio en la semana anterior al balotaje presidencial en otro intento por desestabilizar al kirchnerismo y sobre todas las cosas, ante la posibilidad de tener a Macri de Presidente quien venía anunciando la depreciación de nuestra moneda, los empresarios que siempre se sacrifican por el bienestar del pueblo, antes de perder unas monedas te trasladaron esa cifra a los precios y anda a cantarle a Gardel. Lo vivimos ahí. Y ahora que estamos en la "transición", le podemos echar la culpa a CFK, total... el blindaje mediático, seguirá tejiendo redes para que tarden en llegar las primeras críticas.
Dadas estas circunstancias, podemos adentrarnos aunque sea superficialmente en el mundo de las paritarias. Los comentarios que circulan es que la discusión por el aumento de salarios tendrían un techo de 25% o 30%. En el mejor de los casos, hablamos de una caída no menor del 10% de nuestro salario de bolsillo. Sin embargo, el Ministro de Hacienda Alfonso Prat Gay sostuvo en declaraciones al canal América que "cada paritaria discute lo que puede disctutir". Es decir, queremos llevar las discusiones paritarias a cada empresa, corriendo a los gremios como fin último, algo que en el corto plazo no lograrán.
"Me parece que acá no es solamente la dimensión del salario sino también cuidar el empleo. Cada sindicato sabrá donde le aprieta el zapato y hasta qué punto puede arriesgar salarios a cambio de empleos" concluyó el ministro. Te lo está diciendo en la cara. Si le sumamos, lo que desde LPP sostenemos como la medida más transcendental que tomó el gobierno hasta hora, es claro que sectores se verán beneficiados. El trabajador volverá a ser la variable de ajuste, la válvula de escape.
Vayamos al sector público. El pasado 29 de diciembre, como regalo de fin de año, se emitió el Decreto 254/2015. ¿De qué habla el decreto 254?
Artículo 1° — Instrúyese a los Ministros, Secretarios de la Presidencia de la Nación, Autoridades Superiores de organismos descentralizados, Empresas y Sociedades del Estado de la Administración Pública Nacional, a revisar los procesos concursales y de selección de personal. La revisión que se ordena por la presente medida deberá cumplimentarse en un plazo no mayor a SEIS (6) meses computados a partir del presente decreto, en cualquier instancia en que se encuentren a fin de analizar su legalidad, y en particular el cumplimiento y pertinencia de los requisitos previstos para el cargo concursado merituando los antecedentes presentados por los postulantes.
Esta perfecto que se revisen irregularidades ante diferentes contrataciones. La cuestión es que se transforme en cacería de brujas. Ya no pasa por una cuestión de ideología, hay personas, familias, hogares. El ministerio de modernización es quien lleva adelante éste proceso de revisión. Hay organismos en los cuales no han renovado contratos y otros en los cuáles ya han "notificado" a muchos trabajadores que sus contratos serán revisados cuando son personas que cumplen con sus funciones todos y cada uno de los días que hay que presentarse a trabajar.
Pareciera que el verano va a ser complicado. Y no por las altas temperaturas.
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