miércoles, 6 de enero de 2016

Estabilidad laboral, despidos, precarización, la función del estado y la vigencia de Cámpora


"La primera evidencia que al respecto ofrece nuestra época es el extraordinario aumento de las funciones del Estado como consecuencia del reemplazo del Estado liberal por el Estado social. Resulta obvio insistir sobre la amplitud de funciones que asume el Estado moderno en la planificación del bienestar colectivo y en la orientación de la actividad económica a través de su política monetaria, impositiva o de inversiones y de la fijación de un régimen de prioridades. Su intervención en los sistemas educativos, en los problemas sanitarios y de la vivienda, en el contralor de las condiciones de trabajo, en el resguardo de sus infortunios y en la promoción de de justas remuneraciones, en la política de transporte y comunicaciones y en la amplísima subsidiariedad de las actividades privadas"


Estas palabras, que bien podrían haberse dicho apenas hace unas semanas atrás, las esbozó Héctor Cámpora en una exposición ante los candidatos del Frente Justicialista de Liberación (FREJULI) el 20 de enero de 1973. 
Cuarenta años atrás, la misma vigencia. Y la misma vigencia por el hecho de ver como esto mismo que plantea quien fuera uno de los mayores símbolos de lealtad en la historia política de nuestro país, hoy la calesita pareciera que vuelve a girar nuevamente hacia atrás.

Se contraen las funciones, se achica el personal. Como bien venimos comentando estos últimos días, estamos de acuerdo con la regularización del sector estatal pero no con la cacería de brujas. No con perseguir a trabajadores de acuerdo a sus simpatías políticas o su ideología. Fueron muchos despidos en pocos días. En el congreso, en la jefatura de gabinete, el CCK, AFSCA, en los municipios de La Plata, Quilmes... y la lista sigue.

No solo es ajustar. No solo es reducir el gasto. Atrás hay familias. Atrás hay la decisión de llevar el nivel de desocupación al 15% -mínimo- para que en marzo cuando haya que negociar las paritarias, el piso sea más bajo.

Bien cierto es que la gestión anterior no pudo terminar con la precarización laboral en ciertos sectores del estado. Pero bien cierto también es que hace un mes atrás la discusión era el pase a planta de los trabajadores en situación de vulnerabilidad o el impuesto a las ganancias en algunos sectores. Hoy la situación cambia: hoy se vuelve a discutir la estabilidad laboral, los no despidos, las reincorporaciones de quienes han sido removidos de sus cargos. El cambio, parece recién comenzar.

La pelota, al piso.

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