Nos acercamos al Dub Club para presenciar un recital de Verte Bien: rock y reggae en viernes por la noche.
Decir que era una “cuenta pendiente” para este mí, en representación de este sitio de internet presenciar un recital de Verte Bien es dar en la tecla; no por una cuestión de que sean la próxima banda argentina en llenar River sino por la cantidad de oportunidades en las que se vio trunca esta operación. Dadas las circunstancias y para cumplir con una obligación cuasi-moral, luego de tantas idas y venidas, el viernes por la noche el equipo de At Concert puso los pies en el Dub Club, allá por el barrio porteño de Villa Santa Rita.
Swing fue el primer tema; si bien podemos transferir el significado del nombre a nuestro idioma, que se aproxima al concepto “balancear”, la gente pareció haberlo hecho ya que puso en práctica esa acción: con aires de reggae encendió los motores de los fans que se acercaron, que comenzaron a bailar casi tímidamente. Naranja Cárdenas, encargado de los coros, invitaba a la gente a hacer palmas para romper el hielo, mientras sonaba Platos que quitaba esa atmósfera de reggae y mostraba a los Verte Bien rockeando un poco.
La idea del conjunto fue desde el punto de partido ir mostrándole a la gente parte del material que va a formar parte del disco “Ensueños”. En proceso de grabación, se vio a los músicos mucho más precisos que en shows anteriores, producto de los ensayos. Esa precisión se plasmó en la introducción de De bestias, con un Víctor “Poroto” Jahni más que exacto en cada golpe a su batería.
La armonía producto de la precisión se destruyó con Desnuda mi alma y Sobreseído, que volvió a mostrar a ambas guitarras (Pablo Duca y Facundo Bressan) rockear y sacudir a la gente que estaba abajo.
El show comenzaba a introducirse en la idea de sonido que busca el conjunto, que viaja del rock al reggae constantemente, pero que también se da lujos de parar en otras estaciones intermedias; con un tinte murguero, y valga la redundancia, tocaron La murga, que tuvo una gran particularidad: enroque en el escenario: Duca copó la parada y tomó el micrófono central; y como para no ser menos Bressan se lucía con un punteo exquisito promediando el tema, que cambió el ambiente por completo. No obstante, perfectamente planeado ese cambió se profundizó con Poco a Poco, que llevó un poco de funk a la arena del Dub.
La gente, cada vez más atrapada en el recital, recibía con oídos y ojos bien abiertos Rockito (con Mariano Pittaluga sólido en la base, desde las cuatro cuerdas) y a continuación Clepsydra, cantado a dos voces por Juan Ignacio Gonzalez y Cárdenas.
El recital ya ingresaba en la recta final, pero no podía dejar la cuenta pendiente de no tener un invitado entre sus líneas: Pablo Fazio se calzó el cikus en Tan lejos y luego pasó a tocar la quena en Escondida, haciendo más pintorescas ambas canciones.
“No los vi agitar un solo tema” dijo Cárdenas, incitando a la gente a que saltara mientras tocaban Tanga. “…baila sola, te provoca, no le importa que no baile nadie más” cantaba Gonzalez simultáneamente que el público respondía el pedido de Naranja.
El reducto estaba en llamas, con la gente a pleno y los músicos también; disfrutando desde los dos lados lo que estaba pasando. Ladrón quedó para el cierre de un concierto al que no le faltaron condimentos. Verte Bien continúa enfocado en “Ensueños” y mientras tanto sale a tocar para difundir su música, y de paso, para divertir a la gente.
Decir que era una “cuenta pendiente” para este mí, en representación de este sitio de internet presenciar un recital de Verte Bien es dar en la tecla; no por una cuestión de que sean la próxima banda argentina en llenar River sino por la cantidad de oportunidades en las que se vio trunca esta operación. Dadas las circunstancias y para cumplir con una obligación cuasi-moral, luego de tantas idas y venidas, el viernes por la noche el equipo de At Concert puso los pies en el Dub Club, allá por el barrio porteño de Villa Santa Rita.
Swing fue el primer tema; si bien podemos transferir el significado del nombre a nuestro idioma, que se aproxima al concepto “balancear”, la gente pareció haberlo hecho ya que puso en práctica esa acción: con aires de reggae encendió los motores de los fans que se acercaron, que comenzaron a bailar casi tímidamente. Naranja Cárdenas, encargado de los coros, invitaba a la gente a hacer palmas para romper el hielo, mientras sonaba Platos que quitaba esa atmósfera de reggae y mostraba a los Verte Bien rockeando un poco.
La idea del conjunto fue desde el punto de partido ir mostrándole a la gente parte del material que va a formar parte del disco “Ensueños”. En proceso de grabación, se vio a los músicos mucho más precisos que en shows anteriores, producto de los ensayos. Esa precisión se plasmó en la introducción de De bestias, con un Víctor “Poroto” Jahni más que exacto en cada golpe a su batería.
La armonía producto de la precisión se destruyó con Desnuda mi alma y Sobreseído, que volvió a mostrar a ambas guitarras (Pablo Duca y Facundo Bressan) rockear y sacudir a la gente que estaba abajo.
El show comenzaba a introducirse en la idea de sonido que busca el conjunto, que viaja del rock al reggae constantemente, pero que también se da lujos de parar en otras estaciones intermedias; con un tinte murguero, y valga la redundancia, tocaron La murga, que tuvo una gran particularidad: enroque en el escenario: Duca copó la parada y tomó el micrófono central; y como para no ser menos Bressan se lucía con un punteo exquisito promediando el tema, que cambió el ambiente por completo. No obstante, perfectamente planeado ese cambió se profundizó con Poco a Poco, que llevó un poco de funk a la arena del Dub.
La gente, cada vez más atrapada en el recital, recibía con oídos y ojos bien abiertos Rockito (con Mariano Pittaluga sólido en la base, desde las cuatro cuerdas) y a continuación Clepsydra, cantado a dos voces por Juan Ignacio Gonzalez y Cárdenas.
El recital ya ingresaba en la recta final, pero no podía dejar la cuenta pendiente de no tener un invitado entre sus líneas: Pablo Fazio se calzó el cikus en Tan lejos y luego pasó a tocar la quena en Escondida, haciendo más pintorescas ambas canciones.
“No los vi agitar un solo tema” dijo Cárdenas, incitando a la gente a que saltara mientras tocaban Tanga. “…baila sola, te provoca, no le importa que no baile nadie más” cantaba Gonzalez simultáneamente que el público respondía el pedido de Naranja.
El reducto estaba en llamas, con la gente a pleno y los músicos también; disfrutando desde los dos lados lo que estaba pasando. Ladrón quedó para el cierre de un concierto al que no le faltaron condimentos. Verte Bien continúa enfocado en “Ensueños” y mientras tanto sale a tocar para difundir su música, y de paso, para divertir a la gente.
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