martes, 24 de marzo de 2009

Gira "Maaamadera" 09'-Algun Q-lo...(Vacas/Gira Pampa-Andando) XII

Antes de continuar con el relato, debería aclarar el por qué de su interrupción. Las tres entrevistas que subí al blog (Via Varela, Andando Descalzo y la inconclusa de Pampa) me demandaron mucho tiempo, y a la hora de sentarme en la pc a escribir siempre era con vistas de laburo, por lo que debí frenar la narración. Sin más preámbulos, intentaré ser lo más fiel a los hechos, pero sepan entender que pasaron casi dos meses...capaz algunas cosas se me escapan.
Ah! y por si las moscas...para el que quiera refrescar la memoria de donde dejamos los hechos, aquí el link al capítulo anterior
** Capítulo XI: Volcar **
http://lapelotaalpiso.blogspot.com/2009/02/gira-maaamadera-09-algun-q-lovacasgira_22.html
Salutes!

Martín


**Capítulo XII: El Mito **

Los fideos yacían sobre la pileta. Mi temperatura corporal excedía a la del agua que había intentado escurrir. Los chicos pensaron antes de bardear. Los primeros ataques no tardaron en llegar, pero fueron muy medidos; percibieron mi estado de ánimo.
Comimos lo que se pudo, rescatamos algunos de los fideos caídos y en ese momento más que nunca el conflicto de quién limpiaría la pileta y lavaría todo iba a ser un problemón. No obstante, hicimos "la de siempre", es decir dejarlo para la mañana siguiente y nos repartimos para ir a la morada de las copadas amigas oriundas de San Antonio de Padua.
Mi cabeza trabajaba por demás. El mensaje de Macarena me había desestabilizado emocionalmente; la palabra "gordo" me resultaba rara...nosotros no éramos más novios y así me decía cuando salíamos. De acuerdo a mis deseos de recomponer esa relación, quizás ese término removía ese pequeño haz de esperanza. De todas formas, con Tavo y Facu fuimos en busca del ya querido colectivo Zona Sur. Ambos se portaron como amigos de toda la vida, soportando toda la secuencia que estaba viviendo. Debía prepararme para ir a buscarla a la terminal de San Bernardo a las 7 AM, pero recién eran las 23.30 hs del martes 27 de enero de 2009.
Nos bajamos y buscamos la numeración por la conocida calle Chiozza y nos dispusimos a tocar el timbre. Bajó Érica. Ya arriba esperaban por el jueguito del toc-toc -ese que el Negro y el Puma cuando sacaban cartas para alcoholizar a los demás optaban por beber ellos mismos- pero se vió abortado, vaya a saber uno por qué razones. Con Lampa nos hicimos unos Daikiris de durazno, mientras el fernet y el gancia no paraban de evaporarse de los vasos. No se el resto, pero yo después de cuatro vasos de fernet me quedé un tanto entonado, y Galvan ya no estaba en sus cabales.
Si bien la noche estaba bárbara ahí, el plan era salir. ¿A dónde íbamos a ir? A La Roca -hoy pienso y digo: podría haber ido al Eterno con Facu- Uno se pone a pensar...¿cuánto podés tardar en bajar diez pisos por ascensor? O bien por escaleras... pero iban a romperse todos los esquemas. En primera instancia, el ascensor no venía. Esperamos, esperamos y esperamos. Justo en el momento en el que decidimos -algunos de nosotros- bajar por las escaleras, dos ascensores llegaron. Abajo, solo era cuestión de esperar a los que quedaban arriba.
Las agujas del reloj corrían y la gente seguía aguardando a los que faltaban para arrancar a La Roca. Y esa noche iba a ser, la noche. Allí mismo, cuando las estrellas se alinearon de manera tal que confluyeron en que en ese momento nacería el mito de Galvan y el cuartito de la basura, en esos instantes en que los planetas hicieron que quedara algo allí, fue el momento en el que la tribu apareció, y la manada partió para el ya mítico lugar al que acudíamos: La Roca.
Las calles de la ciudad costera veían impregnadas nuestras huellas, mientras el debate entre mi persona y Flavia, sobre periodismo, fútbol y el clásico Deportivo Morón-Nueva Chicago acortaron las cuadras. Yesi, Érica y Michelle caminaban a la par del negro, Caro insistía en que el Colo por ser colo era yeta, mientras Flor, Rafita y Estefy hablaban entre ellas, con Lampa y Rafa caminando atras; pero sin dejar de andar todos juntos. Indudablemente fue un acierto habérnoslas cruzado en nuestro camino.
Llegando a La Roca, en la esquina anterior, Facu y Galvan doblaron y desaparecieron. El Puma me preocupaba un tanto por su estado de ebriedad. Pero no por eso no dejamos de entrar. Las birras iban pasando de mano en mano, mientras llegaban los Pampa acompañados por Ariel y Fede -cineastas- más alguno de los chicos de Andando. Y claro... otros que también, ante la suspensión de su recital fueron a parar ahí. Nos sacamos un par de fotos y yo empezaba a marearme un poco.
Los otros dos no aparecían y yo tenía que ir a buscar a Macarena en pocas horas. Eran las 5.32 cuando me llega el siguiente mensaje:

"Muy muy muy eskabios en eterno, kareta. Bailando cumbia con galvan. de la villera" (como si hubiese sido necesaria la aclaración)

Llegó el momento de irse, se acercaba la hora que tenía que ir a la terminal. Me tenía que rescatar un poco. Eran las 6.30, por lo que tenía tiempo de acompañar un par de cuadras a las chicas y seguir mi camino. Pero...siempre hay un pero.
Cruzando la plaza de San Bernardo, a las 6, apareció Galvan. Nunca lo vi tan mal. Estaba perdido, muy borracho, casi quebrado. Hablaba solo o con la gente. Con cualquiera. Me tenía que ir. Facu y el negro estaban en la playa y las chicas me habían sacado ventaja. Tenía el tiempo justo...
Lo agarré de la cintura y empezamos a caminar.

- Rubia: ¿querés mi teléfono?- Así con cualquiera, es más:
-Morocha: ¿tenés mi teléfono?- La morocha, con un vestido un tanto escotado, también me había llamado la atención. Sin embargo, desde atras de Galvan le hacía gestos a ella para que evitara contestarle.
- ¿Martín Ciraolo?-
- Si. ¿Camila? Qué distinta que estas che!- atiné a contestarle a mi ex compañera del Centro de Estudiantes del colegio secundario. Después de saludarla (habré tardado quince segundos) el Puma ya estaba haciendo de las suyas.

- Pero yo no quería con papas- me dijo después de comprarse un pancho y de pedirle papas. No entendía nada.


Nos cruzamos con Anto, hermana de Agost, que estaba con Anahí. Anto estaba por entrar a una pandéría.
- ¿Tenés sanguches de miga?.- le pregunto el Puma a la señora que antendía. Ante la negativa, y con Anto a punto de pagar las facturas que había comprado, le ofreció la billetera para que pagara de ahí. Que buena persona que es la srta. Termine, que no se abusó.
Ya eran las 6.54 y estabamos a dos cuadras de la plaza. Un grupo de metaleros parados frente a una casa afirmaban que en esa parada vivían floggers.



- ¡Vamos a cagarlos a piedrazos a estos floggers de mierda!- con un cascote en mano dijo uno de ellos. Galvan sin perder tiempo se quizo sumar al comando metalero, y no tuve más remedio que intervenir.
- Siempre tiene que aparecer el amigo rescatado- se reía uno de ellos diciéndome a mí, que efectivamente estaba bien pero tuve mi período de veda alcohólica.



Ya llegábamos. Cruzamos la calle y entramos en la playa. Veo a Érica y Michelle, junto con el negro. Le encomendé el paquete a Gonzalo (Negro, por si las moscas) y Facu aparecía por destras disfrazadísimo de escabio.
Mientras tanto yo, con mis zapatillas cargadas de arena y el cansancio de no haber dormido, iba en busca de una larga jornada. Eran las 7.10, estaba llegando tarde...mientras Galvan iba a refugiarse en la guarida de Padua...


// Continuará...
Nota al pie: sin ánimos de ofender a nadie...

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