miércoles, 22 de julio de 2015

De sapos y milagros

Hola amigos! En el proceso de renovación de La Pelota al Piso y la apertura de la sección "Permiso, voy a opinar", hoy una nueva e imperdible edición. Escribe para nosotros Ignacio: estudiante de sociología, militante todo terreno y sobre todo, amigo y buena persona.
Interesante análisis sobre lo que dejó el balotaje porteño. Mañana estrenamos nueva sección!

Permiso, voy a opinar
De sapos y milagros.
Ignacio Robba


Como está de moda por estos lares, con el diario del lunes voy a divagar un poco sobre un balotaje que el militante mira por tv. No creo que sea la verdad, es mi verdad relativa, eso sí. Desde hace más de dos semanas, cuando se definió que el (siempre inevitable) balotaje en la ciudad era entre el rulo y el guason, las redes sociales se vieron invadidas por los militantes del fpv. Que hay que votar al rulo como “voto estratégico” para debilitar a Mauricio, que hay que votar en blanco para no ensuciarse las manos, que el voto en blanco es voto para el guason, y otras yapas por el estilo.

Primero lo primero. Nos tocó bailar con la más fea, un balotaje en el que los votantes del fpv nos quedamos sin nuestra primera elección, es decir, sin nuestra representación. Pero esto no es nuevo, nos toca bailar con la más fea hace mucho tiempo. La ciudad desde hace años, por no decir siempre, fue reticente a los proyectos nacionales y populares. La pregunta que acá cabe es por qué.  ¿Será que en todas las ciudades es igual e inevitable? ¿Será porque la ciudad mira a Europa y en esa mirada no cabe un proyecto vernáculo y nacional? ¿Será porque el proyecto nacional y popular no puede satisfacer las demandas de un pueblo que tiene parte de las necesidades básicas satisfechas? ¿Será porque en las ciudades los medios de comunicación tienen mayor poder de desinformación? ¿Será porque la militancia política no entiende al porteño? Capaz todas, capaz ninguna, no sé. Lo que sí sé, es que para ganar en el campo de batalla más adverso no hay que caminar más allá de la General Paz y transpolar sus recetas, sus vivencias. Primero por casa, después la General Paz. La militancia busca representar al pueblo de la capital, que tiene sus características, sus costumbres, sus creencias, que lo diferencian del resto, como pasa en cualquier lugar de Argentina. No existe LA sociedad, existe varias sociedades a la par, cruzándose y en movimiento. Eso hace que el desafío sea aún mayor. En una ciudad donde sos uno y todo a la vez; es la sociedad más individual que conocí, pero a su vez todos están conectados con todos y con todo. Mamadera! Bueno, me fui al carajo. Vuelvo. Todo tiene que ver con todo. Si llegamos a la instancia de tener que decidir por quién de los dos votar, el militante político, además de decidir como ciudadano a quien votar, tiene que poder reflexionar porqué llegamos a esta situación en la que miramos desde la platea. Para transformar primero hay que conocer qué queremos transformar.

Bueno, llegó el balotaje, el votante del fpv en su mayoría votó al rulo. El voto manda, y la mitad de la ciudad no se siente representada con el gobierno local, con ellos los votantes del fpv (verdad de Perogrullo, si querés más polarización echale agua). Pero una cosa es el deber ciudadano y otra la posición política, y las acciones consecuentes con esa posición. Nos comimos sapos con rulos y guasones de otro pozo, muy lindo todo. Todos rezamos porque se termine el infierno amarillo, pero –aunque se cumplan- no existen los milagros de dioses ajenos. No nos olvidemos que lo importante es el bienestar de nuestro pueblo. Reflexionemos sobre nuestros propios errores, sabiendo que si con los años construimos el milagro será porque nos arremangamos, nos pusimos los largos y la luchamos codo a codo; no porque nos colgamos de un rulo haciéndole campaña despotricando contra el voto en blanco y argumentando un “voto estratégico”.
Primero, diferenciemos estrategia de táctica.  “La estrategia política son las acciones para preparar las mejores condiciones de la lucha táctica en los lugares donde ella se realiza.” “Y la táctica política es la acción puesta en movimiento en los sectores de acción política para vencer en la lucha dirigida contra los adversarios.” Decía Juan Domingo, un poco de esto sabia. Si la estrategia es hacer campaña a favor de un adversario estamos fritos, a lo sumo es táctica particular, dentro de una estrategia general. Ahí viene el que hace campaña por el rulo argumentando que es para debilitar a Mauricio a nivel nacional. Bueno, sí, la tentación de birlarle su distrito tres semanas antes de las PASO nacionales se comprende. Pero tampoco, porque la militancia porteña busca representar a la ciudad para gobernar con y para el pueblo. Milita por un proyecto a largo plazo, no milita por una oportunidad coyuntural. De última, la táctica que convenció fue la del rulo, que consiguió representar a los votantes del fpv, mientras tantos los militantes del fpv en platea preferencial. Hay que poder diferenciar. Una cosa es el deber y el derecho de elegir entre dos candidatos y otra cosa diferente es patear para el otro lado. Está muy bien que quien votó al fpv haya votado al rulo en una decisión entre dos candidatos, donde el otro era una cara fea y malvada. Pero muy diferente es justificar ese votó con táctica subiéndose al pony de la campaña del rulo evolution. Y para colmo perdió. Mamita, dos vueltas pérdidas son suficientes, no nos apropiemos de una tercera que objetivamente no es nuestra. Solo eso.


Ahora nos queda un largo camino por remar. Sí, remar. Porque venimos de abajo, golpeados, con hambre y con sed. Somos alegría,; a veces alegría y estupidez, pero de los errores se aprende. Siempre con humildad. El proyecto político nos sirve si aprendemos de la realidad que nos rodea, de las vivencias y creencias de la ciudad de la furia. Hay que tomar aire, un vaso con hielo y a pensar en el futuro, a largo plazo, en proyecto. Construyamos nuestro propio milagro que la alegría es contagiosa che. 

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