Sinceramente creo que no hay demasiado para desarrollar. Podría simplemente remitirme a exponer la tapa de Clarín de hoy, que esgrime que "Cristina anuncia el aumento a los jubilados en plena campaña" y la de hace 14 años cuando se anunciaba el recorte del 13%. Me parece que eso de por sí solo es contundente.
Pero creo necesario al menos, decir que nos faltan el respeto. Que nos mienten. Que mienten deliberadamente. Que su nivel periodístico es de muy poca monta. Porque es eso, ni siquiera tienen nivel ya. Impunidad total para tergiversar y mentir, sin la necesidad de al menos pedir perdón al día siguiente. La cuestión es instalar la mentira, lo demás se ve. Alguna vez, cursando Derecho a la Información en la cátedra Damián nos hacían estudiar los delitos de calumnias e injurias, con situaciones emblemáticas como el caso Kimel que llegó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, o el de Ponzetti de Balbín contra la Editorial Atlántida por las fotos publicadas en la Revista Gente. Pero eso es historia. En noviembre de 2009 se aprobó en el Congreso la ley de eliminación de calumnias e injurias.
Siempre me pareció que eso contribuyó al ensañamiento de los medios de prensa contra determinadas personas, sobre todo sobre la Presidenta y su embestidura como tal. Hemos escuchado y leído cientas, quizás miles de agresiones. De todo tipo. Y entristece. Entristece a los que ejercen la profesión, a los que nos ponemos la pilcha cada tanto, a los que estudiamos para desarrollarnos en ese campo. El desprestigio del periodismo hoy día llega a niveles impensados. Hay pocos tipos a los que uno les cree. Pueden equivocarse, podemos no estar de acuerdo con lo que piensan. Pero sabemos que no mienten. Otros exceden cualquier tipo de límite.
El artículo 19 de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, aprobada en París el
10 de diciembre de 1948, señala que “toda
persona tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho
incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y
recibir informaciones y opiniones y el de difundirlas sin limitación de
fronteras, por cualquier medio de expresión”. Lo más básico de lo básico. Pero esto no justifica cualquier cosa.
En fin, me desvié demsiado.Al márgen de esta situación, la cuestión también es ver las dos caras de la moneda, que justamente enfrenta a los dos exponentes en las próximas elecciones para el parlamento aquí en Buenos Aires. Por un lado, Patricia Bullrich, que se probó todas las camisetas. La ministra de trabajo que se calzó al hombro el recorte del 13% de los sueldos de los jubilados, de los docentes, de los empleados estatales. La ministra de la desocupación, de la indigencia. Por el otro, el ministro Axel Kicillof, el de la recuperación del empleo, la reindustrialización, el que defiende los intereses de la patria contra los fondos buitres, y sigue la nómina... pero entre esas muchas cosas, también está la movilidad jubilatoria.
Entristece saber que a pesar de la capacidad que tiene el actual ministro de economía en relación a la actual diputada, vaya a obtener más sufragios el PRO. Un tipo que gestiona hace años, y por otro lado alguien que solo motoriza operaciones mediáticas y que cuando le tocó gestionar, sabemos como terminamos.
Pero a pesar de que la realidad se puede tapar o hacer tapa, a pesar que nombren como algo negativo que "estamos en campaña", la mayoría de los jubilados saben que no es así. Saben que no es de ahora el aumento. Saben que es ley. Saben que tienen que cuidar lo conseguido.
Pero la pucha! Debería ser una fiesta titular "aumento en las jubilaciones"! Pero parece que solo eso, debería.
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