domingo, 31 de julio de 2011

¿Otra vez sopa?

Mauricio Macri volvió a imponerse en los comicios porteños. ¿Aprendimos la lección? ¿Qué hay que hacer? ¿Soportaremos cuatro años más de ineficacia, ineficiencia, inutilidad, negociados y demás yerbas?


REFLEXIóN (pensar en voz alta)
Martín Ciraolo

No se qué voy a escribir, lo reconozco. No sé qué eje voy a seguir. Voy a pensar en voz alta. Llegué de fiscalizar hace un rato. De ninguna manera fue igual a la vez pasada. Si bien el comicio fue bastante parecido, la diferencia principal fue el fervor. Claramente la primera vuelta era pura adrenalina y mi entusiasmo juvenil me pintó una realidad que no era. La realidad me bajó de un ondazo (tampoco tan necio, pero 20 puntos de diferencia no imaginaba). Pese a eso, fui con las mismas ganas, el mismo entusiasmo, la misma fuerza, la misma militancia, la misma convicción y el mismo compromiso cívico que hace 21 días atrás.

Otra vez entrar al colegio, llegar a la mesa y encontrarme con todos los empleados del PRO que hacían las veces de fiscales. La chica que estaba junto a mí en la mesa llegó a decirme que iba a cortar boleta en la primera vuelta y no lo hizo porque le dio "fiaca". ¿En serio? ¿Fiscales del PRO que no votan al PRO? Esa es la diferencia.

Nosotros tenemos la militancia, ellos no. Ellos no creen en la política, nosotros somos la política. Nosotros creemos y estamos convencidos que la política es la herramienta más hermosa para la transformación. Nosotros estamos convencidos de la política que llevamos adelante, y si bien ellos también, intentan hacer de la política, la no política. Intentan vaciar de contenido los discursos, de desideologizar a la población. Esa población que compra sus votos para no "no darle todo el poder a Cristina", para seguir como estamos sin analizar de donde proviene la situación, para mantener el statu quo, por un alto nivel de individualismo, o sólo por el simple hecho de ser gorilas.

Allá ellos y los globos de colores. Allá ellos y la "no confrontación". Pero che! La política es el arte de generar consenso a través del disenso. ¿Cómo no confrontar? De todas maneras lo que me pregunto es qué es lo que hace falta.

¿No alcanza con estar procesado por la causa de escuchas ilegales? ¿No alcanza por el Fino Palacios o Abel Posse? ¿No alcanza las pruebas concretas sobre la causa de la campaña sucia contra Filmus? ¿No alcanza que sea descubierto que la campaña publicitaria fue un choreo a una campaña del gobierno de Portugal? ¿No alcanza ver al hospital psiquiátrico José Tiburcio Borda sin gas por tres meses para darse cuenta del negocio inmobiliario que quiere instalar ahí? ¿No alcanza el negociado con Clarín por las netbooks? ¿No alcanza con la subejecución del presupuesto en todas las áreas? ¿A caso no importan la salud y la educación pública? ¿El 63% de Buenos Aires manda a sus hijos a colegios privados? ¿A caso el 63% de Buenos Aires no va nunca a los hospitales públicos? ¿No alcanza con los problemas de tránsito? ¿Y las bicisendas? ¿Es cierto que cada estación del metrobus salió 2 palos? ¿No alcanza con no haber ido a debatir? ¿Qué pasaba si era Filmus el que no aparecía en la UBA? ¿No alcanza con haber vetado 77 proyectos de ley aprobados? ¿No alcanza haber rechazado que Tecnópolis se hiciera en capital? ¿No alcanza con llamar a los hermanos latinoamericanos como "inmigración de baja calidad"? ¿No alcanza con haber realizado 400 metros de subte cuando prometió 10 kilómetros por año? ¿No alcanza con haber prometido urbanizar las villas y no haber hecho nada? ¿Qué carajo tiene que hacer uno aparte de idear un plan de gobierno que propone inclusión, crecimiento, igualdad, solventado sobre las bases del Gobierno Nacional encabezado por Cristina Fernández de Kirchner? ¿No alcanza escuchar a Inacio Lula Da Silva -ex mandatario de Brasil- decir que se mudaría acá para votar a Cristina cuando hablan del aislamiento del mundo y de su alineación con "países no serios"? (ese discurso elitista de que tenemos que ser amigos de Uruguay, Chile y Brasil -oh cuasualidad!-)

Pero por otro lado me pregunto con qué alcanza. ¿Alcanza solo con decir "bajemos el nivel de agresión"? ¿Alcanza llenar a Buenos Aires de colores con globos y carteles amarillos? ¿Alcanza con decir que el Gobierno Nacional no gira guita cuando el problema es de gestión debido a la recaudación record que tiene la Ciudad Autónoma? ¿Alcanza con salir en A dos voces, Código Político y Desde el llano? ¿Alcanza la inmunidad mediática? ¿Alcanza aparecer con Michetti jugando al odontólogo en el "nuevo" hospital de Lugano que dejó a medio terminar? ¿Alcanza con afeitarse el bigote? ¿Alcanza con poner a un cómico de candidato a Gobernador en San Fe? ¿Qué es lo que tenemos que hacer?

Hay que seguir adelante, seguir construyendo. Seguir creciendo, seguir incluyendo, seguir hacia adelante. Se vienen las elecciones primarias. ¿Qué porcentaje que votó a Mauricio depositará su confianza para la reelección de la presidenta? Por lo pronto hay un país que piensa diferente. Un país que demuestra que Buenos Aires no es el ombligo del país, por más contradictorio que parezca.

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